sábado, 14 de junio de 2008

La pared

La pared intenta tocarlos
con un rocío de escombro.
Apunta a sus centros,
quiere invadirlos de blanco.
En un continuo afuera.
En un continuo adentro.
En silencio,
reproduce sonidos ajenos que
tal vez
quedaran sonando
solo en su interior.

Sostiene un incendio invisible
que se trasmuta,
que se aliena,
que se propaga.

Un incendio invisible que se hace agua.
Si a penas,
una mejilla,
una mano,
un muslo,
...

Espera la espalda que confirme su existencia.

Siguiendo el ritmo
de los suspiros de un final,
se
derrumba.

Al igual que los cuerpos,
se derrumba

2 comentarios:

Lucía Elisavetsky Campos dijo...

Odio el blog que no me deja poner enters y espacios en donde quiero! aclaro: es distinto en un hoja.
gracias :)

Old Fashioned dijo...

ese escrito traspira desesperacion...

(lo de los espacios es un garron)