Dijo mientras un osezno de gelatina moría debajo de la suela de un transeúnte.
Miles de oseznos de varios colores caminaban baldosas enteras para llegar al lugar.
Shhh
Dijo pensando en que tal vez no pasaría lo que debía pasar.
Shhh
Y pasó.
Shhh
No lo repitió más.
Con una sola vez logró vaciar el silencio y dejarla con los ojos debajo de un camión.
Shhh
Fue lo último que nadie debía saber.
Fue lo último que quiso que supiera que jamás nadie sabría.
Shhh
Y el osezno de gelatina intentaba despegarse del pavimento,
ella intentaba despegar sus ojos de las ruedas del camión y él…
Él solo pensaba en que no había sido una buena idea no callar.
Por su bien,
por el bien de ella y
por el bien de los miles de oseznos de gelatina.